Bien, minna-san, me alegra poder estar otro año con ustedes, aunque se que que este ultimo año me la he pasado extraviada QnQ sorry, pero como estoy decepcionada de no haber podido hacer un especial completo como otras ocasiones, Feliz Yaoiween
INFIEL by ♦ YaoiJocker Adixión Al ♥ YAOI
Exhausto en el sofá Oda arrojo al suelo otra colilla de cigarro, ahora nadie se lo iba a reprochar, su mimado conejito estaba muerto, él le había matado.
Todos sabían que se llevaban mal desde hacía mucho, era un secreto a voces que el conejito le era infiel a Oda, en sus noches de sexo Oda no se controlaba en lo más mínimo, esa noche más temprano, después... de haber peleado por una llamada de alguno de los amantes del conejo Oda estaba realmente al borde de la ira así que el conejito se lanzo sobre Oda y comenzó un vaivén con sus caderas, friccionando ambos miembros, Oda tomo los dos miembros y los froto a la vez que dejaba caer saliva para lubricar, metió el dedo en la boca del conejito haciendo que lo lubricara, ambos con la respiración agitada y próximos al orgasmo, Oda metió el dedo lentamente en el agujero del conejo solo para sentir un fluido ajeno y así recordar lo infiel que le era el conejito.
Sabía que no tendría problema para convencer a los curiosos o con la policía de que había huido con alguno de sus amantes. Quien iba a sospechar que le había enterrado allí, en el jardín.
Oda se levanto del sofá y camino hasta la puerta que da al jardín y recorrió las cortinas, la noche estaba oscura, silenciosa, sonrió y dijo –buenas noches, mi querido agujerito – cerro las cortinas y se alejo, volvió a su habitación con una copa de vino y un cigarrillo. Ni se molesto en prender la luz, dejo la copa en la mesa de noche, arrojo la colilla del cigarro dentro de la copa y se acostó así como estaba. Sin notar las manchas de tierra que iban hasta el cuarto, sin notar la figura desnuda de ojos blancos y miembro duro que le observaban desde un rincón oscuro.
Exhausto en el sofá Oda arrojo al suelo otra colilla de cigarro, ahora nadie se lo iba a reprochar, su mimado conejito estaba muerto, él le había matado.
Todos sabían que se llevaban mal desde hacía mucho, era un secreto a voces que el conejito le era infiel a Oda, en sus noches de sexo Oda no se controlaba en lo más mínimo, esa noche más temprano, después... de haber peleado por una llamada de alguno de los amantes del conejo Oda estaba realmente al borde de la ira así que el conejito se lanzo sobre Oda y comenzó un vaivén con sus caderas, friccionando ambos miembros, Oda tomo los dos miembros y los froto a la vez que dejaba caer saliva para lubricar, metió el dedo en la boca del conejito haciendo que lo lubricara, ambos con la respiración agitada y próximos al orgasmo, Oda metió el dedo lentamente en el agujero del conejo solo para sentir un fluido ajeno y así recordar lo infiel que le era el conejito.
Sabía que no tendría problema para convencer a los curiosos o con la policía de que había huido con alguno de sus amantes. Quien iba a sospechar que le había enterrado allí, en el jardín.
Oda se levanto del sofá y camino hasta la puerta que da al jardín y recorrió las cortinas, la noche estaba oscura, silenciosa, sonrió y dijo –buenas noches, mi querido agujerito – cerro las cortinas y se alejo, volvió a su habitación con una copa de vino y un cigarrillo. Ni se molesto en prender la luz, dejo la copa en la mesa de noche, arrojo la colilla del cigarro dentro de la copa y se acostó así como estaba. Sin notar las manchas de tierra que iban hasta el cuarto, sin notar la figura desnuda de ojos blancos y miembro duro que le observaban desde un rincón oscuro.
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